Coche nuevo versus follar

Tengo el coche averiado, muy averiado, hasta el punto de verme en la necesidad urgente de comprar uno nuevo. El inconveniente es económico.

Mis ingresos son bastante aceptables, el problema está en mis gastos que, aunque pocos, son  muy elevados. Todos los meses pago una pensión compensatoria muy generosa a mi ex mujer, una pensión alimenticia igual o más generosa a mi hija y una hipoteca muy alta porque a mi edad sólo me daban doce años para pagarla no sea que me muera antes de saldar la deuda… además de todos los gastos propios y necesarios de la existencia, principalmente comer, mis lecturas y pagar los impuestos. Sin olvidar el coste que supone tener sexo.

No es que me gaste el dinero en putas, aunque lo he hecho en algunas ocasiones para vivir la experiencia, sino porque ligar e ir a la cama con una fémina tiene una serie de gastos varios casi ineludibles y nada despreciables.

Invitaciones varias. Cuando conoces a una chica me parece muy importante mostrarse educado y generoso, de manera que cualquier gasto derivado de las citas lo pago yo: copas, tapeo, cine… Me resulta chocante, aunque no me sorprende, que mujeres manifiestamente feministas no hagan ni el amago de sacar la tarjeta de crédito cuando se trata de pagar consumiciones.

Cenas. También es importante invitarla a comer, o mejor a cenar, por la cosa de la nocturnidad, como posible preámbulo a una noche de pasión. No se trata de impresionar llevándola a un carísimo restaurante de lujo, simplemente es caballerosidad, pero todo suma. Procuro llevarla a un sitio agradable e íntimo en el que hablar tranquilamente comiendo y con una copa de vino delante.

Los desplazamientos (porque a veces la chica puede estar en otra localidad) también corren de mi cuenta. Si bien puedo aceptar que en alguna ocasión ella pague una invitación, jamás se me ocurriría pedirle que participara con los gastos de combustible.

El hotel. Si por fin llegamos a acordar un encuentro íntimo, a veces prefieren que sea en un sitio imparcial como un hotel, en lugar de en su casa (para evitar suspicacias de los vecinos) o en la mía (porque no se fía). Y por supuesto el hotel lo pago yo.

Los juguetes sexuales. Porque si bien tengo un amplio surtido de juguetes de este tipo, la mayoría de las mujeres se niegan a utilizarlos si no son nuevos, por muy limpios que estén. Tengo tantos que voy a tener que poner un mercadillo de segunda mano (o coño, o culo) en mi urbanización para despejar los cajones de las mesillas de noche.

Así que tengo que decidirme entre un coche nuevo y follar menos, o utilizar más el autobús y follar todo lo que pueda.

8 comentarios sobre “Coche nuevo versus follar

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